Una “llamada por medio de las redes sociales, de una forma populista”. Ovidio de la Roza, presidente de la Confederación De España de Transporte de Mercancías (CETM), la patronal con más representatividad del ámbito, justifica con esas palabras de qué manera llegaron los transportistas al paro de marzo. Entonces, una asociación prácticamente minoritaria y, en teoría, sin representatividad, logró inmovilizar la industria y pegar a la distribución durante prácticamente un par de semanas.
“De cuando en cuando surgen salvapatrias. Llamaron a un paro que, al final, acabó diluyéndose por sí mismo, si bien se apropiaron de las negociaciones y del trabajo de otros. No había más contenido”, resumió en un encuentro con medios para hacer cómputo del último año.
Ese paro sin contenido –respaldado solamente por una fuerza política, Vox– le costó 130 millones de euros diarios solo al ámbito de los supermercados. En verdad, estuvo detrás de la caída del Producto Interior Bárbaro (PIB) de España a lo largo del primer trimestre de dos mil veintidos.
Que ese paro fue un golpe para la economía, que ya estaba en un instante difícil porque coincidió en el tiempo con la invasión de…