La vira electoral de la ciudad de Santiago Abascal ha pasado de refilón por el la villa de Madrid agrícola con una parada en Chinchón, localidad de cinco mil seiscientos habitantes donde en las generales de noviembre de 2019 Vox fue la primera fuerza, con el treinta y dos por cien de los votos. En las autonómicas de 2021, el dominio del PP de Isabel Díaz Ayuso redujo el porcentaje a la mitad, así que convenía a la formación consolidar apoyos en un ambiente abonado para el alegato nacionalista campestre de ultraderecha. Siendo consciente del escenario amable, Abascal quiso desahogarse contando los agravios que comprende que padece Vox. Desde el trato de los medios de comunicación, negativo “a derecha e izquierda” hasta la indefinición del PP, rival y socio en el espacio electoral, conforme el día, pero “bastante insoportable” por las diferencias de criterio que expresan sus dirigentes en dependencia del lugar desde donde hablen.
El mitin reunió a unas 200 personas en la plaza mayor de Chinchón, donde la aspirante local apenas intervino para presentar a Rocío Monasterio, líder del partido en la Comunidad de la capital española, que comenzó quejándose de que sus rivales políticos en el discute electoral del martes no entienden el campo, a la inversa que , y “se creen que ser ganadero es tener un chihuahua”. El tono humorístico en seguida dio paso a la artillería. “¿Dejáis vuestras casas un fin de semana o estáis más preocupados por que os las puedan okupar?”, preguntaba a los vecinos, a los que asimismo advirtió de que la izquierda pretende que “los trans” les afirmen a los niños “que deben ser niñas”, y otras maldades abyectas.
El mismo tono alarmista empleó Abascal, que se explayó más. Así, “las feministas premian a los violadores”, por la reforma de la ley…
