El impuesto a las grandes fortunas ya lleva un año rodando y abogados y asesores fiscales prevén que en los próximos meses llegue una oleada de comprobaciones por parte de Hacienda para verificar que los contribuyentes obligados han abonado —y de forma correcta— el tributo. “Todavía no hemos visto inspecciones, se mirará sobre todo la residencia y la estructura del patrimonio”, vaticina el letrado de un despacho legal madrileño experto en fiscalidad. “Van a venir inspecciones”, auguran en otro bufete, esgrimiendo como razón de peso que el Gobierno ha anunciado que pretende convertir en permanente un tributo que en un principio nació con carácter temporal.
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