En los próximos días, el Gobierno central debe presentar la prórroga del plan de contestación a la crisis provocada por la invasión de Ucrania. Creo que acertaría eliminando la bonificación general de veinte céntimos en hidrocarburos y dejarla solo para ámbitos profesionales: transporte, pesca, agricultura. A corto plazo, estos ámbitos no tienen capacidad de substitución tecnológica, por lo que la supresión de la bonificación se trasladaría a costos y la tasa de inflación volvería a remontar en el primer trimestre de dos mil veintitres. Suprimirlo en el caso de los particulares ahorraría varios miles y miles de millones de euros. Esto nos permitirá rebajar el costo fiscal global del bulto y dar margen financiero a la aprobación de medidas auxiliares más focalizadas y no contrarias al proceso de descarbonización de la economía española. En particular, semeja atinada alguna fórmula de talón a las familias de menores ingresos para encarar el levanta de costos en energía y en nutrición.
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