En 2011, el escalador norteamericano Alex Honnold escaló en solo integral (esto es, sin cuerda) una vía de cuarenta metros bautizada como The Phoenix, localizada en el californiano valle de Yosemite. La nueva recorrió sin pena ni gloria solo las redacciones de los medios especializados. A pesar de ello, absolutamente nadie antes había sido capaz de escalar de esta manera tan comprometida una senda tan difícil, graduada como siete c+ en una escala que discurre entre el cuarto grado y el noveno. Para comprender mejor esta complejidad, basta decir que la gran mayoría de los escaladores jamás llegan a lograr este grado de complejidad escalando, lógicamente, con la protección de la cuerda.
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