Los nuevos gobiernos progresistas de América Latina tienen 201 millones de razones para triunfar, una por cada una de las personas de la zona que hoy viven en situación de pobreza. Es decir, sin los ingresos o servicios mínimos para garantizar la satisfacción de alguna de las necesidades básicas, entre las que figuran no pasar hambre, tener un techo o que alguien los atienda cuando caen enfermos.
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