La química Mira Petrovic, una de las científicas más citadas de España y del mundo, muestra todavía atónita la oferta que recibió de una universidad saudí inmediatamente antes de la pandemia. La estudiosa percibiría cada año 70.000 euros en su cuenta corriente si hacía constar esa corporación árabe, la Rey Saúd de Riad, como su lugar de trabajo primordial en una de las bases de datos que emplea el influyente ranking de Shanghái para designar a las mejores universidades del planeta. Petrovic, que trabaja en Girona en el Instituto Catalán de Investigación del Agua, solo tendría la obligación de pisar Arabia Saudí un par de veces al año, en escapadas de 3 días. Ella rechazó sin dudar este ofrecimiento “indecente”, mas decenas de reputados investigadores de todo el mundo figuran como afiliados a universidades saudíes en primer lugar, si bien sea evidentemente falso, disparando artificialmente a las instituciones árabes en las clasificaciones académicas internacionales. China, con 1. casos, y España, con 1., son los países con más investigadores que en nuestros días muestran un salto falso a un centro saudita.
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