El Gobierno de Pere Aragonès quiere controlar todos los impuestos que se pagan en Cataluña. Gestionarlos y recaudarlos y, después, transferir una parte de los recursos al Estado, a similitud del concierto vasco pero incluyendo también recursos para un fondo de solidaridad con “comunidades de menos capacidad fiscal”. Esa es la base de la propuesta del nuevo modelo de “financiación singular” para Cataluña que ha presentado este martes un Ejecutivo que se encuentra a las puertas de las elecciones, convocadas para el 12 de mayo. La consejera de Economía de la Generalitat, Natàlia Mas, ha asegurado que su planteamiento es equiparable a sistemas de financiación existentes en países de corte federal, como Suiza o Canadá, y que es “razonable e imprescindible”. Además de parecerse al modelo vasco, coincide con el pacto fiscal que Artur Mas presentó en 2012.
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Una propuesta que recuerda al pacto fiscal de Artur Mas
La propuesta diseñada por el Departamento de Economía tras el encargo hecho por el president Pere Aragonès recuerda mucho a la que en 2012 le presentó el expresidente catalán, Artur Mas, al exjefe del Gobierno, Mariano Rajoy. El llamado pacto fiscal, que fue votado por el Parlament, abogaba por que la gestión de todos los tributos recayera en una entonces incipiente Agencia Tributaria de Cataluña, dando margen para modificar impuestos según la realidad catalana e incluía tanto el pago por los servicios del Estado (en la línea del cupo vasco) como de una cuota de solidaridad con otras comunidades autónomas. Mas, al defender la propuesta en la Cámara, dijo entonces que Cataluña aportaba al Gobierno central un 8% del PIB más de lo que recibe y que su aspiración era reducir ese déficit a la mitad. “Solo con la mitad del pacto fiscal, Cataluña tendría un déficit cero y todavía sobraría dinero para no hacer parte de los ajustes”, aseguró entonces, en un momento donde el Gobierno se había lanzado ya a hacer grandes recortes sociales para cumplir con el déficit.