Durante décadas, Bernie Ecclestone dirigió la Fórmula 1 casi en solitario. Tampoco es que tuviera muchas opciones. En el barrio londinense de Kensington donde la empresa tenía su sede solo trabajaban unas pocas personas. La cúspide del automovilismo deportivo funcionaba a base de negociaciones cara a cara y apretones de manos.
Aparentemente, ese enfoque del apretón de manos ha terminado por ser la perdición de Ecclestone, que este jueves se declaró culpable de fraude fiscal en los juzgados de Southwark (Londres). En julio de 2015 Ecclestone mintió a los funcionarios del HM Revenue and Customs [la autoridad fiscal británica, HMRC por sus siglas en inglés] con los que había concertado una reunión para tratar de poner fin a una investigación sobre sus finanzas. En lugar de solucionar sus problemas, lo que entonces dijo a los funcionarios le ha valido una condena de 17 meses de prisión, en suspenso a cambio de dos años de libertad condicional.
Ecclestone también tendrá que pagar 652,6 millones de libras al HMRC [unos 755,3 millones de euros], además de 74.000 libras en concepto de costas procesales [unos…