Europa quiere eludir a toda costa que se repita el episodio del pasado verano, cuando el precio del gas natural se disparó por encima de 350 euros por megavatio hora (MWh), rompiendo cualquier esquema cabal. Con ese objetivo entre ceja y ceja, y tras varias semanas marcadas por la divergencia de posturas entre las capitales —con considerablemente más ambición en el sur y la periferia que en el centro y el norte—, los Veintisiete acordaron este lunes un encuentre sobre el precio del gas en el primordial mercado mayorista europeo (el TTF holandés) que promete poner coto a la especulación y rebajar la presión futura sobre hogares y empresas.
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