Apenas han pasado un par de meses desde que EEUU evitó por los pelos caer en quiebra, y el Congreso estadounidense ya está mirando a la próxima crisis que se avecina: los presupuestos. El país tiene que aprobar las cuentas del próximo año antes del 1 de octubre, pero los republicanos más radicales están amenazando con bloquear el proceso y llevar al país a lo que se conoce como un ‘cierre del Gobierno’ (la suspensión de las actividades no esenciales del Estado y el paro temporal de numerosos funcionarios) si no se cumplen las demandas que ya pusieron sobre la mesa en la precedente negociación.
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