La retórica pendular sobre política migratoria de la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, ha regresado hoy a posiciones de centro liberal. “El crimen no viene con la raza ni la cultura, sino por situaciones sobrevenidas […] Mi discurso es el de la apertura y el mestizaje”, ha replicado en el pleno de la Asamblea de Madrid a la portavoz de Vox, Rocío Monasterio, que la emplazaba a cerrar el centro de menores extranjeros no acompañados de la Casa de Campo y llevar a los internos a Moncloa “en autobús”.
Las palabras de Ayuso llegan apenas dos semanas después de acudir a Alcalá de Henares, donde el gobierno habilitó en noviembre un cuartel para acoger a parte de los migrantes llegados a España a través de Canarias. Se estaban produciendo allí, según ella, “reyertas” que coincidían con “agresiones sexuales” en el municipio. También un “brote de sarna” y envíos “por las noches” de migrantes recién llegados a comunidades del PP, alertaba la líder popular, sin pruebas. El gobierno negó las acusaciones: ni brotes, ni agresiones ligadas a la inmigración.
Tras las críticas por racismo y xenofobia, Ayuso ha marcado hoy distancias con Vox, con quien dijo que no irá “a ningún lado” en materia de inmigración. Con esto dio por zanjado el asunto en su respuesta a Monasterio. La oposición de izquierda afeó a la presidenta sus vaivenes en intervenciones posteriores. “Están a ver quién es más facha”, criticó Diana Paredes de Más Madrid. “Hipócritas”, lanzó Lorena Morales, del PSOE.
La cuestión migratoria fue el primer tema de un pleno en el que la presidenta regional se mostró triunfal. Preguntada por su partido al respecto de los objetivos del Gobierno para…