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Besalú: Un Viaje al Pasado Medieval de Cataluña
elconfidencialdigital.com

  1. El Puente Románico
  2. El barrio judío y la sinagoga
  3. La Plaza Prat de Sant Pere y el Monasterio Benedictino
  4. Un paseo por las calles medievales

Situada en la provincia de Girona, Besalú es una joya de la época medieval que traslada a quienes la visitan a un tiempo diferente. Este pueblo, con sus encantadoras calles empedradas, majestuosas edificaciones y un puente románico robusto que cruza el río Fluviá, se destaca como uno de los conjuntos medievales más preservados de Cataluña. Su pasado y sus monumentos narran la historia de una ciudad que se convirtió en la capital de un floreciente condado durante el siglo XI. 

El Puente Románico

Uno de los componentes más simbólicos de Besalú es su puente de estilo románico, que se remonta al siglo XI. Este puente, de 105 metros de longitud y con una estructura robusta, constituye el acceso principal al casco antiguo. Cuando el visitante avanza por él, se topa con dos torres de defensa que, en la era medieval, resguardaban el ingreso a la ciudad. El puente, con su majestuosa construcción, brinda una vista panorámica del río Fluviá y de la silueta medieval de Besalú, rememorando el ambiente de la antigua capital del condado.

Además de su hermosura arquitectónica, este puente posee un importante significado histórico, dado que presenció el florecimiento y la abundancia de Besalú durante la Edad Media. Durante ese periodo, el condado de Besalú desempeñó un rol crucial en la región de Cataluña, posicionándose como un lugar estratégico para el comercio y la defensa. Actualmente, el puente continúa siendo uno de los principales puntos de interés turístico y un emblema que simboliza la abundante historia del sitio.

El barrio judío y la sinagoga

Besalú también se distingue por su legado judía, manifestándose en el antiguo barrio judío conocido como call. En 1965, los arqueólogos hallaron vestigios de una sinagoga próxima al río, además de un baño de purificación (mikvé) del siglo XII. Este mikvé es uno de los escasos que sobrevive en Europa y simboliza el papel que desempeñó la comunidad judía en la economía y cultura de Besalú.

El mikvé, una estructura subterránea diseñada para la purificación ceremonial, era esencial en la práctica religiosa judía. Este hallazgo resalta la fusión de diversas culturas en Besalú y refleja la coexistencia que se daba en aquel entonces entre cristianos y judíos en la localidad. El paseo por el antiguo barrio judío, caracterizado por sus estrechas y ondulantes vías, posibilita que el visitante imagine la vida diaria y las costumbres de la comunidad que residía en este sector de la ciudad.

La Plaza Prat de Sant Pere y el Monasterio Benedictino

La plaza Prat de Sant Pere es el núcleo de Besalú, una extensa y serena plaza con soportales que mantienen el espíritu medieval. Esta plaza cuenta con una historia registrada que se origina en el siglo XI, cuando era un prado que acogía un cementerio. Hoy en día, es un lugar de encuentro para residentes y visitantes, circundado por comercios de artesanía y productos locales.

El monasterio benedictino de Sant Pere, uno de los monumentos más representativos de la plaza, fue establecido en el año 977. A pesar de que solo se mantiene la iglesia, esta estructura refleja el poder e impacto de la iglesia en la zona. En el frontispicio, dos leones esculpidos en piedra protegen una ventana, representando la fortaleza y la salvaguarda que la Iglesia brindaba a sus creyentes ante las amenazas del paganismo y el mal. Estos leones, con sus gestos de observación, simbolizan la defensa espiritual y física que la comunidad medieval recibía de la iglesia benedictina.

Un paseo por las calles medievales

Es un placer explorar Besalú para los sentidos. Sus calles angostas y pavimentadas están repletas de comercios de artesanía local, donde se pueden hallar artículos como cerámicas, textiles y comida tradicional catalana. Además, en sus rincones y plazas, resulta sencillo imaginar el ajetreo de una ciudad medieval en su máximo esplendor, con vendedores, artesanos y peregrinos abarcando sus vías.

Las viviendas de piedra y las fachadas meticulosamente conservadas proporcionan al pueblo un ambiente genuino y sereno. Dentro de los puntos sobresalientes se encuentra la iglesia de Sant Vicenç, otra edificación medieval que ha soportado el transcurso del tiempo. La arquitectura de Besalú representa el esplendor que experimentó en el pasado y un reconocimiento a la destreza de sus arquitectos.

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