BlackRock, el gigante mundial de la industria de inversión, sostiene una visión muy cauta con la renta variable en un corto plazo y prefiere apostar por la deuda corporativa y las duraciones cortas de la deuda soberana, ante el cambio de paradigma que han introducido los bancos centrales con las subidas de géneros de interés en su lucha contra la inflación. La firma considera que las compañías aún no están reflejando claramente las rebajas de beneficios que va a traer una recesión de la actividad económica, donde el papel de los bancos centrales ya no podrá ser del de salvavidas.
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