En octubre de 2007, San Francisco acogió una convención de diseñadores industriales y no quedaba una sola habitación de hotel en la ciudad. Brian Chesky y su compañero de piso, Joe Gebbia, que pasaban apuros para pagar el alquiler, decidieron usar unas camas inflables que tenían en el armario y alojar a tres huéspedes. Fue el germen de lo que, tras incorporar como socio a Nathan Blecharczyk, otro excompañero de piso, se llamó airbedandbreakfast.com. Al cabo de 16 años, Airbnb es un gigante con siete millones de apartamentos, pisos, casas y hasta castillos en su oferta.
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