La Comisión Europea ultima su ansiada reforma del campo eléctrico europeo, y en ella se marca un propósito prioritario: impulsar los contratos de suministro a largo plazo de energía procedente de fuentes renovables. “Hacer crecer” este mercado es la aspiración que recorre de cabo a rabo el borrador que ha preparado el brazo Ejecutivo de la UE. Bruselas llega a prever que los Estados hagan evaluaciones cada tres años de los mecanismos de apoyo a la electricidad producida por renovables para “incentivar el uso de los PPA [las iniciales anglosajonas con las que se conoce a los contratos de suministro a largo plazo entre una compañía eléctrica y un comprador igualmente privado]”, según el texto, al que ha tenido acceso EL PAÍS.
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