Han pasado más de tres años desde que la UE dio luz verde al Mecanismo de Recuperación y Resiliencia (MRR) con el que daba una respuesta a la crisis de la pandemia radicalmente distinta a la que se dio una década antes al crack financiero. Frente a la austeridad, los 27 diseñaron un procedimiento de gasto expansivo con el que pretendían inyectar 723.000 millones de euros a las economías en forma de transferencias directas y préstamos. Pero pasado el ecuador del tiempo que tenían para ejecutar ese gasto, se ha invertido menos de un tercio y empieza a cundir la preocupación de que parte del dinero se quede sin asignar antes de que en 2026 expire el plazo.
La cuantía total ya se redujo el pasado año a 648.000 millones de euros porque se quedaron sin solicitar buena parte de los previstos para ese periodo. De esa cifra, sólo se han ejecutado 232.000 millones de euros, según los datos de la Comisión Europea. Eso representa el 35% del total cuando ha pasado más de la mitad del tiempo previsto para poner en práctica los planes de recuperación que los gobiernos de los 27 presentaron. “Alrededor del 85% de los hitos y objetivos con fecha indicativa de finalización a finales de marzo de 2024 habían sido evaluados como cumplidos satisfactoriamente por la Comisión o comunicados como finalizados por los Estados miembros”, señala la Comisión Europea en el borrador de unas orientaciones en las que plantea una cierta flexibilización para profundizar en la ejecución de esos planes.
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