Miles de turistas se apretujan a diario frente a la Sagrada Familia en Barcelona para hacerse una foto. En Madrid, largas colas se forman en el Palacio Real, ya sea verano o invierno. Las playas mediterráneas vuelven a estar a tope a pesar de las altas temperaturas. En archipiélagos como Baleares y Canarias la presión es aún mayor. El turismo se ha recuperado rápidamente de la pandemia. España recibió un récord histórico de 84 millones de extranjeros (más el turismo nacional) el año pasado, según el Gobierno, y todo apunta a que puede haber desplazado a Francia como primera potencia mundial en llegadas. Así lo anticipa un estudio de CaixaBank Research, lo que significaría un hito nunca alcanzado. El Ministerio de Turismo francés estima que como mucho visitaron el país galo 82 millones de viajeros. Pero la extraordinaria vuelta de los turistas ha hecho aflorar de nuevo el descontento entre la ciudadanía y ha abierto el debate sobre la sostenibilidad de un sector que representa ya el 12,8% del PIB español.
Seguir leyendo