Canadá puso en marcha el 1 de enero una nueva prohibición: los extranjeros no pueden adquirir bienes inmuebles en el país. La predisposición, que tendrá una vigencia de un par de años, no afectará a los residentes permanentes en el país y también se contemplan ciertas salvedades para estudiantes extranjeros, titulares de permiso laboral y demandantes de asilo. El Gobierno de Justin Trudeau busca con esta y otras medidas estabilizar el mercado inmobiliario, que se ha disparado en los últimos tiempos.
Seguir leyendo