Todas las familias pueden tener inconvenientes, más cuando hay una fortuna en juego. El enfrentamiento de los hermanos Álvarez Mezquíriz por el control del imperio empresarial que en los años sesenta empezó a levantar de la nada su padre, David Álvarez, ha sido una de las riñas que más han puesto que hablar en la prensa económica —y también en la crónica social— en los últimos tiempos. El desgaste económico y personal de la bronca, que reventó en 2010 y llegó hasta los tribunales, ha llevado a la familia a enterrar el hacha y cerrar esta semana un pacto para el reparto de sus dos empresas: Eulen, conjunto dedicado a servicios de seguridad, vigilancia y limpieza, y El Enebro, cuyo activo estrella es la bodega Tempos Vega Sicilia.
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