Olvidar las llaves puestas por dentro, una ruptura de una tubería o un corte de luz sin aparente explicación son inconvenientes rutinarios que, a Dios gracias, tienen arreglo. Sin embargo, la data y la hora a la que sucedan, unidas a la urgencia que tengamos por solventarlos, pueden salirnos demasiado costosos.
in Actualidad