Hay un lugar en España donde absolutamente nadie desea convenir con Vox, ni tan siquiera el PP. El Ejecutivo de Ceuta, dirigido por Juan Vivas (PP), que rige en minoría tras las elecciones de mayo con 9 de los veinticinco miembros del Congreso de los Diputados que componen la Asamblea, prosigue buscando alcanzar un pacto con los partidos de la oposición que asegure la gobernabilidad durante los próximos 4 años en una zona con unas singularidades –culturales, políticas y geográficas–que no se dan en ningún otro territorio del Estado. Unas singularidades que dejan a Vox fuera de la ecuación ya que tampoco los populares están prestos a sentarse a charlar con los ultranacionalistas a pesar de que con la suma de sus 5 representantes alcanzarían la mayoría. Su alegato es incompatible con el de la convivencia en este territorio fronterizo.
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