Solo el Orgullo es capaz de unir en el mismo desfile música, alegría, celebración y purpurina con queja, alguna cara larga, derechos y una extraña sensación de preocupación y alerta frente a una nueva etapa con una ultraderecha que, tras las elecciones del pasado 28 de mayo y de la mano del Partido Popular, ha entrado en decenas y decenas de ayuntamientos y múltiples comunidades autónomas con un discurso que cuestiona derechos desde hace ya un tiempo consolidados de la comunidad LGTBI. Ante ese panorama, y con las Elecciones Generales a apenas tres semanas, centenares de miles de personas —700.000, según datos temporales de la Policía Nacional y ochocientos conforme la Delegación de Gobierno; muy lejos de las estimaciones que daban los organizadores, uno con cinco millones— salieron hoy a la calle en la capital española, el epicentro de las movilizaciones de este sábado, durante la celebración más política de los últimos tiempos. El entorno de celebración que rodea el desfile anual de carrozas se mezcló en la calle con pancartas donde se llamaba a sostener la lucha con frases como “nuestros derechos se quedan” o “Ni PP ni VOX, en este cuerpo mando yo”.
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