El euríbor roza el cuatro por ciento , tras subir desde el cero por cien de hace un año, y está ahogando a los hipotecados y a quienes necesitan un préstamo para adquirir una residencia. El encarecimiento de la financiación es mareante. La prueba más visible es el histórico repunte del índice de las hipotecas, pero el daño es similar para efectuar cualquier otra gran compra, de un coche por servirnos de un ejemplo. Estas consecuencias forman parte del objetivo del Banco Central Europeo (BCE) de ahogar el consumo y la actividad económica en general para moderar las subidas de costes.
En esta lucha contra la inflación hay un claro ganador: la banca, que está aumentando los ingresos por los intereses que cobra por el dinero que presta o que tiene prestado. Este jueves, lo aceptó hasta la presidente de la corporación, Christine Lagarde, quien reconoció que, “hasta ahora, el endurecimiento de las condiciones de financiación no ha sido a expensas del negocio de los bancos, ya que el impacto positivo de las tipos más altos en los márgenes de interés de las entidades superó el impacto negativo…