Todos dicen que no lo han hecho expresamente, mas la cola de turismos se va formando en la acera de la avenida del Paral·lel de Barcelona donde se ubica una gasolinera Galp. Esta, según las diferentes aplicaciones y webs que equiparan los costes de los carburantes en las estaciones de servicio, es la que tiene el producto más asequible de la zona. Y es asimismo donde muchos se aproximan para repostar, coincidiendo con los últimos días en que está en vigor para todos y cada uno de los conductores el descuento obligatorio de veinte céntimos por litro impulsado por el Gobierno en el mes de abril del año en curso, como una medida para aliviar el impacto del encarecimiento de la gasolina y el diésel. El Gobierno de Pedro Sánchez anunció el pasado martes que esta rebaja no tendría continuidad en 2023, con lo que se dejaban solo cuatro días aún con la bonificación vigente. Y, pese a que los precios de los carburantes llevan seis semanas a la baja, los conductores han decidido aprovecharlo, ni que sea casualmente. “A ver, no lo hago por eso, no había pensado en ello. La verdad, iba a repostar igualmente, pero es verdad que es mejor hacerlo ahora que el 1 de enero”, admite un conductor que, tras un cuarto de hora de cola, por fin está llenando el depósito. La demanda, según explica la petrolera BP y confirman fuentes de otras compañías, ha aumentado un cuarenta por ciento respecto a los mismos días del año pasado.
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