Los soldados ucranios del escuadrón que comanda Mijailo habían olvidado lo que era sentirse optimistas. La última vez fue en los primeros compases de la contraofensiva de verano de 2023, para la que el ejército de Ucrania destinó recursos ingentes procedentes de sus aliados internacionales. Aquella ofensiva, centrada en hacer retroceder a los rusos en el frente de Zaporiyia, naufragó en pocos meses y desde entonces los hombres de Mijailo, en las filas de la 80ª Brigada Aerotransportada, se habían dedicado a resistir en trincheras ante el empuje enemigo. Su ánimo cambió el pasado 6 de agosto, cuando dio inicio la campaña sorpresa en la que miles de tropas ucranias han asaltado la provincia rusa de Kursk. Desde entonces vuelven a creer que el viento sopla a su favor.
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