“Este año no nos vamos a ir de vacaciones”, lamenta María, una vecina de Pinto, una localidad del sur de la Comunidad de la capital de España, donde la temperatura de la noche de este lunes al martes será superior a los 25 grados, tras lograr los 40 durante el día. “El verano que viene, ya veremos…”, prosigue. La subida de su hipoteca ha trastocado los planes de su familia, como los de tantas otras.
María paga desde abril ciento sesenta y nueve euros más al banco en la cuota mensual del préstamo con el que financió la adquisición de su vivienda en dos mil nueve. Cerca de 2.000 euros más en el conjunto del año. “Y no es solo la hipoteca. Es también la subida de la cesta de compra, y de la luz… Tenemos que reducir gastos”, se resigna, “por el hecho de que el salario no me lo han aumentado”.
Esta pinteña se ‘casó’ con el banco por 35 años, a género de interés variable. Esto quiere decir que, cada doce meses o cada seis, la entidad le actualiza la cuota mensual a la que tiene que hacer…