“1234” es el código de acceso (clave de acceso) más frecuente de los usuarios en sus distintos servicios y redes sociales en internet. O cuando menos lo era en dos mil once, tal y como descubrió un estudio del que se hizo eco entonces el portal The Next Web.
¿Alguien considera que está a salvo con semejante contraseña, y más tras saber que los cibercacos están enterados de la debilidad de nuestras barreras digitales de acceso?
Solemos ser tan borregos que un ciberdelincuente medianamente astuto puede hacerse con millones de datos solo con teclear la contraseña más simple que podamos pensar, pues esa es la que empleamos la mayor parte.
¿Por qué somos tan pasotas? Vale: se puede alegar que el estudio es de 2011; cierto, pero la situación no semeja haber cambiado, al menos en España. En dos mil quince, un reportaje revelaba que esta clave seguía siendo mayoritaria… ¡entre los médicos para acceder a los sistemas de los hospitales españoles!
Es decir, en un tema tan sensible como la sanidad y la información personal no se observan los mínimos estándares de seguridad a la hora de crear contraseñas. Y para cerrar este viaje por la irresponsabilidad criptográfica, otro estudio revela que en 2022 en el país nipón la clave de acceso preferida de los usuarios japoneses fue “ciento veintitres mil cuatrocientos cincuenta y seis”, seguida de “mil doscientos treinta y cuatro”.
El tema es humillante por lo sensible de los datos y porque redactar y administrar claves de acceso complejas es considerablemente más sencillo de lo que parece. Sin descartar que los servicios de seguridad de los sitios web han mejorado enormemente, la verdad es que se siguen dando casos de filtraciones masivas y si no ponemos de nuestra parte una buena clave de acceso vamos a estar en una situación de total vulnerabilidad.
A continuación se ofrecen siete sencillos trucos para escribir una clave de acceso…