Abuso sexual, discriminación, mobbing, despidos arbitrarios… Desgraciadamente, en ciertas ocasiones las personas trabajadoras se hallan sometidas a abusos empresariales o irregularidades por la parte de superiores u otros compañeros en el ambiente laboral. En muchas ocasiones estas conductas se producen en privado, sin testigos, y tampoco hay pruebas reportajes que lo atestigüen. Por esta razón, para denunciar y poder probar ante los tribunales el abuso, los trabajadores tienen una herramienta que con frecuencia desconocen: pueden grabar lo sucedido, si bien con determinados límites. Los tribunales han apoyado que los trabajadores perjudicados graben en secreto conversaciones que den perseverancia de abusos laborales que les afectan toda vez que sean uno de los participantes en la charla. “Está admitido por una extensa jurisprudencia”, sostiene el catedrático Eduardo Colorado, maestro de Derecho del Trabajo en la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB). No se podría en cambio grabar una charla de terceros, por ejemplo, dejar una grabadora en el despacho de un jefe para captar sus conversaciones, de las que el trabajador no forme parte. Además, hay un requisito más: la captación debe referirse al ámbito laboral. “O sea, si se está hablando de cuestiones fuera de un contexto laboral, como temas personales que puedan afectar…
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