No son concesionarios. Se autodenominan clubs, ‘spaces’ o galerías, aunque, en realidad, se dedican a la venta de coches. En los últimos meses han comenzado a proliferar establecimientos en las principales calles comerciales de las grandes ciudades donde los viandantes pueden toparse tanto con un concierto en acústico como con el último modelo de la automovilística que está detrás de esa tienda. Una tendencia que va a ir a más en los próximos meses y que no es muy diferente a la idea de reconvertir las sucursales bancarias en cafeterías.
Las compañías de coches tratan así de diferenciarse y de acercarse al consumidor final, pero también de definir una imagen de marca en un momento donde están desembarcando grandes automovilísticas de origen chino, que están arañando mercado.
Una de ellas, Lynk & CO, que ultima la apertura de un local en plena Gran Vía madrileña. No es la única, es el mismo modelo de comercialización que están siguiendo otras enseñas, como Tesla o Cupra.
Detrás de Lynk & Co está el gigante automovilístico chino Geely, que también es dueño de marcas de…