A medida que se van conociendo detalles de de qué manera se cuajó la entrega del futbolista Dani Alves a los Mossos d’Esquadra, el viernes pasado a primera hora de la mañana, cuesta más si cabe entender la estrategia de defensa que guió al brasileiro en los primeros instantes. La cita con las policías de la Unidad Central de Delitos Sexuales (UCAS) la cerró la letrada Miraida Puente Wilson, buena amiga de Alves y encargada en los últimos años de gestionar los documentos relacionados con su estancia en España. Unas conversaciones previas donde las mossas advirtieron a la letrada que Alves debía presentarse en España para ser detenido ya que se había presentado una acusación muy grave por un delito sexual.
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