“La verdadera oposición son los medios”, sentenció Steve Bannon mientras era jefe de estrategia de la Casa Blanca, en 2018, durante el primer mandato de Donald Trump. “Y la forma de lidiar con ellos es inundar el terreno con mierda”. Bannon señaló el camino y hoy Trump vuelve a la presidencia de Estados Unidos surfeando esa misma ola, esta vez agitada por su nuevo estratega jefe, Elon Musk, dueño de la red social X. “Ahora la prensa sois vosotros”, les dice a sus fieles tuiteros el magnate sudafricano que, como Bannon, desprecia a los medios y lo embarra todo: más de la mitad de sus tuits durante la campaña fueron “engañosos”, según la CBS. Los dos saben que hoy lo único importante es la narrativa, la guerra cultural. Con una diferencia: el cenagal informativo de entonces pilló por sorpresa al mundo, desde Reino Unido a Filipinas, cuando el uso político de herramientas como Facebook y WhatsApp generó una disrupción política inesperada. Pero ese ciclo disruptivo ya acabó: hoy es lo cotidiano. “No creo que la desinformación vaya a desaparecer”, afirma Sander van der Linden, experto de la Universidad de Cambridge, “lamentablemente, es la nueva normalidad”.
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