Ya sin limitaciones motivadas por la COVID-19, la tradicional cita de enero en pro de los derechos de los presos de ETA ha vuelto a concitar este 2023 a decenas miles y miles de personas en Bilbao, 20.000 según la Policía. Ha sido una edición singular, ya que en estos años el grueso de los condenados por terrorismo han sido acercados a cárceles vascas o próximas. De hecho, tanto Sare como Etxerat han eliminado recientemente de su logo el mapa que en las últimas décadas ha demandado el final de la dispersión y el alejamiento. No sin polémica, el nuevo lema elegido ha sido ‘Etxera’, ‘a casa’ en castellano, lo que ha sido interpretado en ciertos ámbitos como una petición de impunidad.
El portavoz de Sare, el exconsejero Joseba Azkarraga, ha aseverado que se vive “un tiempo de esperanza” en el que sólo la apuesta por todos y cada uno de los derechos humanos puede permitir un “escenario diferente” de tal forma que “el pacto, la empatía y la solidaridad reemplacen al enfrentamiento”. A pesar de reconocer que “prácticamente se cierra” la etapa de la política de distanciamiento de los presos de la banda terrorista, ha advertido de que, sin embargo, la política de excepcionalidad “continúa” por medio de una actitud “de bloqueo” y a través de “continuos recursos” desde la Fiscalía de la Audiencia Nacional. “La Audiencia Nacional está empeñada en bloquear una legislación penitenciaria de carácter ordinario, que es lo que demandamos”, ha reivindicado.
En esta línea, ha protegido que cuando Sare afirma “etxera” lo que demanda es que “con la ley en la mano y la aplicación de las leyes ordinarias es posible hacer ese camino”. “Respetamos que…