La Escuela Número diecinueve de Makiivka se transformó esta Nochevieja en el sepulcro de decenas —o centenares— de soldados rusos. Makiivka es una ciudad minera en la periferia de Donetsk, capital de provincia, zona del este de Ucrania ocupada por Rusia desde dos mil catorce. En la Escuela diecinueve, donde se almacenaban toneladas de munición estaba reunido aquella noche un batallón de la última hornada de soldados reclutados por Moscú el pasado otoño. Un ataque ucranio con artillería Himars destrozó el colegio reconvertido en base, causando la muerte de hasta cuatrocientos militares rusos, conforme el Estado Mayor ucranio. El ministerio de Defensa ruso rebaja la cantidad a 63 pero otras fuentes cercanas al ejército invasor estiman que el número de fallecidos es próximo a los doscientos reclutas.
Seguir leyendo