Las veintiuno y treinta h de un domingo no son horas para jugar el primer partido de la temporada. La espera es tan larga que tienes que entretenerte con actividades tan poco saludables como a) preguntarte si merece la pena enamorarse de los jugadores de la colla jove que nos deslumbraron la noche del Gamper, b) discernir qué opinamos de la pirula-globo sonda sobre el posible regreso de Neymar y su séquito o c) descubrir qué es más fácil: si aprender a hacer el cubo de Rubik en menos de un minuto y con una mano atada a la espalda o saber explicar de qué va la última contra-palanca del F.C. Barcelona.
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