La dislexia es un inconveniente bastante conocido, que produce contrariedades para reconocer, leer y deletrear las palabras escritas. En cambio, tiene mucha menos fama un trastorno similar pero que, en vez de generar dificultades con las letras, lo hace con los números. Su nombre es discalculia.
Esta discalculia (llamada con frecuencia “la dislexia de los números”) es una complejidad concreta del aprendizaje que, según los estudios, afecta a entre el tres con cinco por cien y 6,5 por ciento de la población escolar. Un porcentaje afín al de otros trastornos del aprendizaje, como por servirnos de un ejemplo la propia dislexia.
Las personas con discalculia tienen problemas para la correcta adquisición de habilidades matemáticas. No solo para interpretar y entender los números escritos, sino también para aplicar ciertos conceptos matemáticos en la vida cotidiana.
Detectar la discalculia
En general, estas dificultades se manifiestan desde los primeros años de vida. Ciertas señales de la discalculia en los pequeños pequeños, conforme un artículo de La Asociación Dislexia, con sede en el R. Unido, son los inconvenientes para las próximas tareas:
Cuando llegan a la escuela primaria, los niños con discalculia acostumbran a tener inconvenientes con actividades como las siguientes:
Todo esto produce inconvenientes no solo en el desempeño académico, por supuesto, sino también en la vida cotidiana: al tener que coger un autobús, leer la hora de un reloj, etc. Así lo explica Hiwet Costa, doctora en sicología educativa y responsable de la web Discalculia.com, quien añade que “las matemáticas están en todas y cada una partes”.
Síntomas en adolescentes y adultos
La etapa de la escuela secundaria tiene para las personas con discalculia nuevas dificultades. Algunas de las más esenciales se presentan en tareas como estas:
¿Y qué ocurre en la vida adulta
La discalculia -como apunta Hiwet Costa- es un trastorno no solo poco…