Hace ahora unos dos años, la vicepresidenta la Comisión Europea, Margrethe Vestager, contaba a tres periodistas que cuando firmaba alguna sanción a una de las grandes tecnológicas por abuso de mercado —una de sus señas— sonreía. El martes pasado la sonrisa se transformó en lágrimas de alegría. Dos sentencias del Tribunal de Justicia de la UE (TJUE) ratificaban dos varapalos a Apple y Google que ascendían a más de 16.000 millones que la liberal danesa había rubricado al poco de hacerse cargo de Competencia. Dicen en el equipo de la veterana política nórdica y funcionarios que han trabajado con la danesa que valorar sus diez años al frente del potente departamento de Competencia —responsabilidad para la que ahora es favorita la vicepresidenta tercera española, Teresa Ribera— sobre la base de esas dos sentencias sería injusto, pero entienden que esos dos fallos tengan una lectura casi de evaluación final. Y, por eso, cuando a los pocos minutos de las nueve y media de la mañana del martes ella y su equipo escucharon la lectura de las sentencia, la alegría se desbordó hasta las lágrimas.
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