El Ministerio de Educación ha rechazado este martes la prueba de acceso a la Universidad única que pide el PP y ha sobre aviso de que si los populares se retiran de las mesas de negociación, tal como han conminado ciertas comunidades azules, el proceso de reforma seguirá adelante. “Con su presencia, muchísimo mejor. Sin su presencia también van a funcionar [las mesas]”, ha señalado el secretario de Estado de Educación, José Manuel Bar, tras la conferencia sectorial que ha reunido a ministerio y comunidades esta tarde.
El departamento que dirige Pilar Alegría está en pleno proceso de alterar la prueba de acceso a la Universidad (que recibe diferentes nombres en cada comunidad) para amoldarla a la nueva ley educativa. El modelo propuesto por el Gobierno plantea salirse del modelo asignatura-examen para proponer una prueba más global y en torno a las competencias, como plantea la ley. El examen estrella de este modelo, cuando esté implantado definitivamente, va a ser una “prueba de madurez” con preguntas tipo test y otras de desarrollar brevemente que ha recibido críticas por bajar el nivel, según estos reproches.
La asamblea ha servido para confirmar la decisión –informal en aquel momento– que se tomó el día pasado dos en una reunión técnica para retrasar la implantación definitiva de la nueva prueba un año más, hasta el curso dos mil veintisiete-2028, como le solicitaron al Gobierno 15 comunidades autónomas. En la cita de hoy, la capital de España y Castilla y León –ambas regidos por el PP– han amenazado con levantarse de las mesas si el Gobierno no atiende sus peticiones: la primordial es que se realice una prueba única en todo el Estado, mas asimismo le han pedido otras autonomías populares que comiencen la reforma de cero.
Bar ha argumentado tras la asamblea que no se puede efectuar exactamente el mismo examen en toda España por tres razones: jurídica, porque existe una sentencia del Tribunal Constitucional que limita las competencias del ministerio a las enseñanzas básicas y el resto es de las Comunidades Autónomas; práctica, porque cada comunidad dicta entre el cincuenta por cien y el 60 por ciento de sus currículos con los contenidos que consideran, de forma que no son los mismos para todos; y “sobre todo”, ha dicho Bar, porque no es una propuesta de consenso, “y a eso aspira el ministerio”.
Pero si el PP se levanta de la mesa –o ciertas comunidades, al menos– tampoco va a haber consenso, se le ha inquirido. Bar ha replicado que “si la consigna [del PP de levantarse de la mesa] es política y viene de Genova es bastante difícil de adivinar. [Ellos] pierden la ocasión de participar de ese diseño, porque el diseño va a seguir. Con su presencia, muchísimo mejor. Sin su presencia también van a funcionar. Es la responsabilidad de todo el planeta y me gustaría que participasen en el diseño de una prueba acorde a la nueva ley, más competencial y que está en sintonía con toda Europa para no quedarnos anclados en el pasado”, ha sostenido.
El ministerio asimismo ha recordado que el PP no rehabilitó la prueba en todos sus años de gobierno, ni cuando alteró la ley de Educación ni en el periodo siguiente bajo la batuta de Rajoy. Si no implantó entonces ese examen único que ahora exige es por el hecho de que saben que no se puede, ha sostenido Bar, que apunta en clave electoral la situación popular.
Empezar la reforma de cero asimismo ha sido descartado por Educación. “Llevamos meses trabajando en ello”, ha argumentado Bar. “¿Qué hacemos con los consensos y lo avanzado? ¿Qué le afirmamos a las decenas de personas que han estado trabajando en ello? La segunda razón es, ¿garantizaría eso el pacto? En tercer lugar, para no producir inseguridad. Lo hacemos [el cambio de modelo] de forma transitoria para poder ir cambiando cosas, evaluando…”, ha sostenido, tras acusar al PP de no tener “voluntad de diálogo” y de intentar imponer desde la minoría.
