La demanda de aceite de oliva registró esta campaña una caída histórica, tanto en el mercado interior como en las exportaciones, como consecuencia de la fuerte subida de los precios por la baja cosecha pasada y los interrogantes sobre actual. Los costes, en un instante de crisis en el consumo, están atenazando y marginando las ventas en el mercado interior. En el exterior pierde del mismo modo situaciones en competencia con las producciones más baratas, esencialmente de graneles de otros países del Mediterráneo.
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