Es un tema que quedó pendiente en la Ley de Vivienda: el alquiler por temporada. Contratos que duran menos de doce meses o con datas cerradas “de entrada y salida”, tal y como si en vez de una casa en la que vivir se tratara de un hotel. Una vía alternativa para poner pisos en el mercado del alquiler que, sin el paraguas de la regulación aprobada en la recta final de la legislatura, ha derivado en costos hasta un 35 por ciento más caros y sin topes a la vista.
Una busca por uno de los portales inmobiliarios arroja que, solo en Madrid, casi 2.300 residencias se arriendan por temporada, de una oferta general de nueve.500 inmuebles que pueden ser arrendados. En Barcelona, cerca de dos mil quinientos pisos y casas se contratan por meses, al tiempo que hay casi seis mil en la oferta general. Y si se entra al detalle, los primeros incluyen condiciones que no tienen cabida en la ley que se aprobó hace solo unas semanas. Por servirnos de un ejemplo, requerir el pago de un mes por administración de agencia. También exigen a quien…