La vieja relación de proximidad entre el campo del juego y el PP sigue engrasada. Así lo reflejan la asidua presencia de figuras del partido en asambleas sectoriales, un premio a su actual responsable de Economía, Juan Bravo, en vísperas de su ascenso a la cúpula del partido o una reciente “ponencia magistral” de un exministro popular con el patrocinio del sector.
Las empresas del juego han reclutado en los últimos años a cerca de diez viejos cargos de los populares como consejeros o asesores. Y creen que, tras el vuelco conservador en las últimas elecciones autonómicas, “es el instante de la verdad” tras años de políticas restrictivas cara este negocio.
En las competencias que dependen del Estado (juego on-line), esas políticas las ha dirigido el todavía ministro de Consumo, Alberto Garzón, que a lo largo de su orden reguló la propaganda de las casas de apuestas, forzó a publicar las sanciones a las compañías tras una década de opacidad o prohibió apostar on-line con tarjeta de crédito a los jugadores con comportamientos de peligro.
Del radio…