La inflación ha dado un respiro a la producción de las empresas de la zona euro. Pese a que aún no han vuelto a la senda del desarrollo, sí que consiguieron en el último mes del año frenar el ritmo de desaceleración de la actividad hasta niveles de julio pasado, cuando las cifras comenzaron a contraerse por vez primera, conforme el PMI, indicador publicado por S&P Global y que se considera un termómetro del estado de salud del sector privado. En España, el campo servicios volvió a medrar el mes pasado (hasta los cincuenta y uno con dos puntos; sobre 50 puntos se estima que la actividad está en expansión y por debajo, en contracción), pero el índice compuesto de la actividad total nacional continuó en terreno negativo (cuarenta y nueve con nueve puntos), arrastrado por el mal dato del ámbito manufacturero.
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