“No estamos interesados en una guerra contra los hutíes en Yemen, no estamos interesados en ningún tipo de conflicto. Queremos que cesen sus ataques”. Consciente del riesgo de extensión del conflicto que supone el ataque lanzado este viernes por Estados Unidos y el Reino Unido contra objetivos en Yemen de la milicia aliada de Irán, el portavoz del Consejo de Seguridad de la Casa Blanca, John Kirby, ha insistido en que Washington no busca un enfrentamiento directo. Ha sido el primer gran acto de represalia desde que los hutíes comenzasen a hostigar a los buques mercantes en el mar Rojo, por donde atraviesa alrededor del 15% del tráfico marítimo mundial, según estimaciones estadounidenses, en respuesta a la invasión israelí de Gaza. La tensión, que ya venía en aumento en las dos últimas semanas, se extrema ahora con la promesa de respuesta de los rebeldes yemeníes. Kirby ha dejado claro que el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, “no dudará en tomar más medidas si es necesario” para proteger la navegación, como hace una coalición naval que lidera desde diciembre. Teherán ha asegurado que los ataques alimentan la “inseguridad e inestabilidad” en Oriente Próximo, aunque los expertos no prevén que se implique de forma directa en defensa de sus aliados.
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