En pocos días el Banco de España se juega su futuro. Y quizás su independencia. O, más precisamente, la apariencia tangible de su independencia. Antes del 10 de septiembre el Gobierno debe nombrar a su nuevo gobernador. Pablo Hernández de Cos terminó su mandato el 11 de junio, y su vacante lleva casi tres meses sin cubrir, salvo temporal y accidentalmente por la subgobernadora, Margarita Delgado. “Este retraso de muchas semanas en el nombramiento resulta alarmante: en el mundo financiero y de banca central, el efecto reputacional es ya muy serio”, advierte José Manuel González-Páramo, catedrático y ex miembro del comité ejecutivo del Banco Central Europeo (BCE) entre 2004 y 2012.
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