El Banco Central Europeo ha resuelto este jueves sin sorpresas una reunión de transición que abre por fin la puerta a próximos movimientos. El Consejo de Gobierno ha decidido mantener los tipos de interés de la zona euro en el 4,5%, el nivel más elevado desde 2001, conforme a lo esperado. Pero Christine Lagarde lleva semanas, prácticamente desde la reunión de marzo, escribiendo el guion para un primer recorte de tipos en junio, posibilidad que queda reforzada tras esta cita. El BCE se perfila como la primera autoridad monetaria que bajará los tipos dentro de las economías desarrolladas, por delante de la Reserva Federal de Estados Unidos. El evidente descenso de la inflación y el débil crecimiento presionan cada vez más al BCE a abaratar el precio del dinero, un recorte que algunas voces del Consejo de Gobierno reclamaron ya este jueves. Lagarde ha preferido esperar un poco más y ha avanzado que no se compromete de antemano con una senda concreta de tipos. Dar el paso de recortarlos antes que EE UU también plantea nuevos retos, como el riesgo inflacionista de un euro previsiblemente más débil.
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