“Tener un coche clásico y diseño atractivo con un motor eléctrico es bastante interesante. Son auténticos iconos que, además, no contaminan el medio ambiente. Ya no se fabrica como se fabricaba antes, por diseño y originalidad”. Javier González, madrileño de 45 años y apasionado por los coches clásicos, quiere conducir un viejo Mini. Pero con corriente en vez de gasolina.
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