La mayoría de los proyectores incluyen una bolsa de viaje para facilitar su transporte. Eso, en cambio, no los convierte de por sí en portátiles. Ese aparejo deja que lo llevemos protegido de un lugar a otro, pero muchas veces de solo meditar que debamos desinstalarlo de su espacio para configurarlo en otro sitio ya se nos suelen eliminar las ganas de moverlo. Todo lo opuesto sucede con el proyector Nebula Capsule 3 Laser de Anker, un dispositivo de gama alta (ochocientos noventa y nueve euros), que no alcanza el kilogramo de peso y cuyo tamaño y forma se semeja al de una lata de refresco.
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