El corredor de hidrógeno verde entre España y Francia va a tener un costo aproximado de dos.500 millones de euros, según las primeras estimaciones “preliminares” que ha hecho públicas este viernes el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tras una asamblea en Alicante anterior a la cima Euromediterránea con los líderes de Francia y Portugal y la presidente de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen.
Sánchez ha señalado que “el primer gran corredor del hidrógeno de la UE” estará plenamente operativo en 2030 y va a poder transportar el diez por ciento del consumo de hidrógeno de la UE para ese año, unos 2 millones de toneladas.
La declaración como proyecto de interés común (PIC) por parte de la UE dejará subvencionar hasta el 50 por cien del proyecto con fondos europeos. El tubo va a tener “dos trazados fundamentales”: desde Celorico da Beira (Portugal) hasta Zamora, y el más esencial, una tubería submarina desde Barcelona hasta Marsella (Francia).
Sánchez ha destacado que se trata una infraestructura “vital para Europa” que “dará mayor seguridad y mayor autonomía estratégica” y es una “excelente noticia” para los tres países.
La presidenta de la Comisión Europea ha destacado por su parte que “el proyecto H2 Med va justo en la dirección correcta” y va a permitir “construir una columna vertebral europea para transportar hidrógeno” a la UE. Y ha acogido “muy positivamente” la solicitud a fin de que sea declarado proyecto de interés común.
“La península ibérica se va a convertir en uno de los principales hubs energéticos de la UE” y en una “puerta energética esencial para todo el mundo”, ha señalado Von der Leyen. “Este corredor se puede unir con toda la región del mediterráneo”, tras el acuerdo que ya se ha alcanzado con Egipto y el que se negocia con Marruecos. “No es más que el principio”, ha dicho la alemana.
El primer ministro portugués, António Costa, ha protegido que este es “un paso más” tras el acuerdo político entre los 3 países anunciado en octubre, “añadiendo una fuente más de energía que se produce en la Península Ibérica y es para el conjunto de Europa” con ese corredor “dedicado solamente al hidrógeno verde”.
“Con esto se cambia toralmente la tendencia” y “ya no seremos puros importadores y reexportadores de energía”, y se va a “reforzar” a la Península “como productores y exportadores de energía al resto de Europa” y “sin depender de terceros”, ha señalado el líder portugués.
Por su presidente, el presidente francés, Emmanuelle Macron, ha destacado que el proyecto es “totalmente coherente” con el propósito europeo de reducir las emisiones fósiles y electrizar Europa, industrializar el continente y lograr la soberanía estratégica produciendo “en la medida de lo posible” toda su energía diversificando las fuentes. Y se ha mostrado persuadido de que “otros países” querrán acceder al hidrógeno que transporte la futura cañería.
Para el tramo submarino del proyecto, desde el Puerto de Barcelona hasta Marsella, y bautizado como BarMar, se han planteado tres posibles sendas, y la más “inmejorable” es un trazado con una longitud máxima de cuatrocientos cincuenta y cinco kilómetros, con una profundidad máxima de 2.557 metros por el lecho del Mediterráneo. No es la opción alternativa más corta, pero sí la más viable desde el punto de vista técnico.
Su coste, que deben confirmar futuros estudios, van a ser los convocados 2.500 millones y su plazo de ejecución estimado va a ser de 56 meses, incluyendo 26 meses para conseguir los permisos. Está previsto que empiece a construirse en 2025 y se realizará a través de un acuerdo conjunto de la española Enagás y las francesas Teréga y GRTgaz, dueñas de la red de gaseoductos francesa.
Por su parte, el tramo entre Celorico (Portugal) y Zamora va a tener un costo de otros 350 millones de euros y estará ejecutado en unos cuatro años, incluyendo unos veintiseis meses para lograr las autorizaciones pertinentes.
El proyecto va a implicar a los gestores de la red gasista de España, Portugal y Francia. Los tres países van a presentar el proyecto a la UE el jueves próximo para poder entrar en la convocatoria de los proyectos de interés común que está vigente.
Para poder optar a esos fondos, y con la pretensión de que la UE financie hasta el 50 por ciento , el hidroducto finalmente servirá para transportar solamente hidrógeno y no gas, como se anunció en un inicio, ya que Bruselas exige ese requisito para financiar nuevos proyectos de interconexión. El Gobierno ya ha asumido que el proyecto no va a estar en marcha hasta dos mil treinta, por lo que no servirá para hacer en frente de la actual crisis energética.
