“Me llevo una botella y espero que me dure todo lo que queda de agosto, porque con lo que cuesta no pienso comprar otra”. Así reacciona Isabel, jubilada, al costo del aceite de oliva en un supermercado del centro de la capital de España. “Antes siempre y en todo momento tenía en casa una botella de reserva, por si acaso. Ahora, no. Y compro el más flojito, de su marca o el que tienen en oferta si me persuade”, agrega.
La de Isabel no es una reacción apartada. Desde mediados de junio, el costo del aceite de oliva, el de marca blanca, ha subido un veinticinco por ciento . Si en junio se podía localizar en los lineales por cinco con veinte euros el litro, ahora, mediados de agosto, es bastante difícil hallar alguna botella por menos de seis con cinco euros. Eso en las enseñas propias de las cadenas de supermercados. Si es de marca, el litro roza los 9 euros o los supera en el caso del virgen extra. De hecho, el aceite -junto a la fruta- empujaron al alza la inflación en julio. Si el IPC general…