Desde el inicio del enfrentamiento en Ucrania casi no hay día sin una mala noticia económica o una alarma de cara al futuro. Si no es la inflación, que pese a moderarse en últimos meses sigue muy por encima de lo deseado (un 6,8 por ciento en el mes de noviembre), son los recortes en las previsiones de crecimiento, las amenazas de recesión o la fluctuación de los costes energéticos. En este contexto de deterioro extendido, el déficit público de España prosigue no obstante su recorrido a la baja: hasta octubre, los números colorados del conjunto de las Administraciones —corporaciones locales excluidas— se ubicaron en 15.845 millones, el uno con dos por ciento del PIB y un 70 por cien menos que el año precedente, conforme los datos publicados este viernes por el Ministerio de Hacienda. Este resultado augura un cierre de año muy por debajo de la tasa de referencia que se ha fijado el Gobierno para el ejercicio, del cinco por ciento del PIB, a pesar de los millonarios bultos de ayuda diseñados para atenuar el impacto de la guerra en Ucrania sobre la economía.
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